Los volcanes en erupción lanzan al aire cenizas ardientes y gases inflamables. Pero su principal efecto sobre el clima es que reduce las temperaturas. El calor de la erupción se disipa rápidamente, pero las partículas volcánicas de polvo y gases pueden permanecer en la atmósfera dos o más años, tapando el sol y reduciendo las temperaturas. Gracias al avance de los científicos es posible evacuar las poblaciones aledañas y así evitar muertes de personas.
Un volcán, en esencia, es un aparato geológico, comunicante temporal o permanentemente entre el manto y la superficie terrestre. Un volcán es también una estructura geológica, por la cual emerge magma (roca fundida) y gases del interior de un planeta.
Es el único medio para observar y estudiar los materiales líticos de origen magmático, que son el 80 % de la corteza sólida. En la profundidad del manto terrestre, el magma bajo presión asciende, creando cámaras magmáticas dentro o por debajo de la corteza.